domingo, 4 de agosto de 2013

La cima



    
 La falta de oxígeno hacer perder la memoria, pero no la consciencia.  No he comenzado a recordar hasta pasados unos días, cuando ya en casa, mis nietos me pedían que les contase historias sobre mi último viaje, y me he  quedado  como la montaña… helado…  en blanco. 


    Hoy me siento triste, aunque mi familia esté más contenta que nunca.  Algo importante he perdido en la ascensión. He recordado a mi abuelo. Sus historias. El nunca fue Sherpa, era campesino, de tierra plana y de continua, aunque pobre, cosecha. Siempre le dieron miedo las alturas, incluso las del alma. Aún así, crecí entre las historias que me contaba, igual que intento hacer yo  con mis nietos -por más que hoy deba callar la verdad-.  Me explicó como del Brahmi se creó nuestro alfabeto tibetano. Que somos descendientes de los  Shangri.  Me inculcó los valores de nuestra religión, o como en  el Bön debido a la misma pertenencia a una misma naturaleza, todos los seres pueden ejercer un poder sobre otros. O como desde tiempos remotos, creemos  que los cuervos ayudan al espíritu de los muertos a llegar hasta el cielo. Por eso se abandonan los cuerpos unos días, y si el cadáver no es devorado por ellos…es porque el difunto era un pecador y merecía vivir en el infierno.

   Pero a 7.800 metros no hay cuervos. Pero si almas que merecen el infierno. Incluso la mía. Ascendí con ellos porque me ofrecieron más dinero que nunca. Les guíe hacia su gloria, igual que he ayudado a otros a llegar hasta tan solo donde los dioses han querido. Me obligaron a continuar, y mis huesos temblaban, pero no por el frío o por las ganas de llegar. Al descender tampoco nadie le hizo caso. Su cuerpo estaba congelado, igual que el corazón de los que me pagaron para llevarlos a la cima. El oxígeno me faltaba, y no recordaba… pero sí que sentía. Ahora pienso que mis lágrimas no se congelaron porque tan solo pude derramarlas al calor del primer fuego que encontramos. Yo,  ayudé a otros  ¿por qué no a él?
¿Cómo les cuento a mis nietos que el dinero no lo es todo, a no ser que estés  a 7.800 metros?

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Un comentario tuyo, es mi gran recompensa. Gracias...