Infierno y gloria.

Un álbum sin cromos repetidos. Páginas de un libro en blanco y aún sin capitular.

La ambigüedad que habita entre lo bueno de lo malo transforma las alegrías de los pensamientos que hoy tengo, cuando el corazón aún continuará ardiendo en el infierno durante mucho tiempo. Un tiempo en el que mis  pensamientos habrán cambiado de opinión tantas veces como escuche crepitar el corazón.

Antes de la madrugada.

Abrázame y permite que tus labios desgarren ese miedo que me empequeñece al llegar el alba. Envuélveme en la sabiduría que trasmite tu mirada; envuélveme …envuélveme esta noche para aislarme de las dudas que los rayos del sol posan cada mañana sobre mi ventana. No me sueltes y arrópame con ese mar cálido que es tu cuerpo… ¡Arrópame! porque durante el día hielan mis sentimientos. Viste esta oscuridad de noche blanca y eterna; y vela por mi alma mientras reposo los sinsentidos. Y al llegar el alba, mátame… mátame si has de estar lejos de mí; que la noche que vuelvas, volveré a resucitar.