Algo de mí se conmueve
y, quizás, la vida…
me desvista del ensueño
de saciar todas mis penas
con su primer llanto.
Mas ese gimoteo…
será halado hasta mi alma
por el vuelo de mil palomas;
portándome en sus retinas
la irradiante candidez
del tercer lucero
que iluminará mi halo.
Sueño con su llegada
y sentirlo en mis brazos,
ya es mi pequeño…
mi sol…mi tesoro…
…MI NIETO…
Con su ingenua sonrisa,
un incesante mes de abril…
brotará mi eterna primavera;
y su cálida ternura,
hornearé cada día…
para alimento de mi ser.
De tus vagidos,
tejeré un manto…
el abrigo de mis sentidos;
y tu tenue olor,
perfumará mi jardín…
el vergel de mis sueños.
Tu inocente mirada,
todo un cielo de estrellas…
los luceros para mi camino;
y tu cariño…tu cariño…
tu cariño será mi paz…
el sosiego de mi alma.
Con el permiso de la dueña de estos versos y de ese bebé que ya es todo en su vida.
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