Tres palabras helaron
la sangre en tus venas,
tiñendo de gris oscuro
el cielo de tu vida…
Tres palabras que sesgaron
la paz de tus días.
Infame nódulo maldito
se cruzó en tus días,
y como las hojas en otoño
ocultan la tierra del camino,
la tristeza y la melancolía
cubrieron tu eterna sonrisa.
Del brío de tus amaneceres
dependía la luz de los tuyos.
El alma luchó por no apagarse,
y con coraje, sembró de flores
el jardín de los sueños…
regado con penas y llantos.
Mas cuando el amor por la vida
se fusiona en una familia
no hay horizontes, ni barreras…
no hay paisaje en la lejanía
que borre el color de la esperanza
en el confín de sus anhelos.
No es fácil ser madre,
tampoco una buena esposa…
o ser una gran persona.
Pero una demostración de vida
no la brinda cualquiera…
tan sólo unos pocos como tú: PILAR
Que en tus pupilas se puede leer:
La vida es maravillosa.
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