viernes, 26 de agosto de 2011

De vuelta y vuelta...




Crees estar de vuelta de todo…Cuando una gran ola te retuerce en su interior, zambulléndote entre la fuerza de sus aguas… esa ola pasa; y al tiempo, sales de nuevo a la superficie. Aturdido, sin tener consciencia de hacia donde miraran tus ojos, ni hacia donde quedará dirigido tu nuevo destino… es en ese momento cuando te das cuenta que realmente estás de vuelta de nada.



Quizás, pienses que la solución sea seguir hacia delante; hacia el nuevo horizonte que divisa tus ojos, sin pararte a pensar donde quedó, o que fue, del antiguo…sin mirar hacia atrás…ni a los lados. Crees en ti mismo y tus convicciones; sin dudar de tu persona, y menos aún de tus decisiones para no entrar en el laberinto de saber si has hecho lo correcto o no. Y comienzas a nadar sin parar, hasta encontrar una nueva orilla… un nuevo paraíso; un lugar por descubrir; un nuevo mundo; una nueva vida por comenzar. Llegado a ella, todo será maravilloso, un edén en perenne primavera, el lugar donde levitar para no rozar tus huesos con la terrenal infelicidad, pero… vuelve. El pasado vuelve porque eres tú; porque tu pasado ha sido así, en gran medida, porque tú eres así. Y una mañana, con legañas aún en los ojos, con resaca por la última borrachera de felicidad efímera… ese “eterno y longevo” edén, será ante tus ojos un ya conocido, y varias veces visitado, averno.

De entre poco y nada sirve huir. Da igual el lugar, las circunstancias o las personas que te rodean, porque acabas inmerso en bucles de “déjà vu “(algo que tan sólo tendrá la importancia que tú quieras darle para huir de ellos). El hombre tropieza dos, tres, cuatro… y las veces que haga falta con la misma piedra;y sino, busca una parecida para volver a caer de la forma más análoga posible. Y aún así crees estar de vuelta de todo…pero sigues volviendo a la nada.

Algo creo haber aprendido, y cansado de estar siempre de vuelta a la nada intento cambiar el procedimiento de llegar a mi nuevo destino (el místico). El destino es el fruto del árbol de tus sueño, si lo cuidas y mimas; si podas sus podridas ramas, regándolo a diario, y pones todo tu empeño en hacerlo crecer…sus frutos alimentarán tus ganas de vivir. Así que ese destino, sólo dependerá de mí.

No estoy de vuelta de todo…y la vuelta de la primavera no llegará de la nada.

Inmerso en esta nueva travesía…hoy me ha dado por salir de las profundidades para recibir fuerza de ese “sol” incondicional que me acompaña, que siempre está ahí. Que siempre estará. El que a pesar de mis grandes tormentas, espera paciente, muy por encima de las nubes; con la sabiduría de que volverá a tener su momento para hacerme llegar su halo de luz. He divisado un islote…y a él he llegado…no para esperar la primavera, esa llegará… llegará cuando esté preparado para recibirla; cuando esté capacitado para disfrutarla, vivirla y desearla tanto como para permanecer abrazada a ella incluso en las tardes de tormenta y melancolía. Me sentado a soltar lastre, a descansar de las voces interiores, y pensar que no estoy de vuelta de nada … ni de vuelta de todo, porque tengo mucho por descubrir y sentir. Aquí estoy, desnudo ante “mi sol” respirando oxigeno puro, libre de la contaminación de mis “sin sentidos”, y cargándome de su energía. La necesitaré para el siguiente trecho, en el que volveré a las profundidades del océano para dejar enterrado en sus fondos las cadenas que ensogado me tienen a la desolación y el desconsuelo; cadenas, cuyos grilletes maniatan mis brazos… pero no a mi corazón…y mientras este lata…tendré vida…y esperanza.

No estoy de vuelta de todo… pero más pronto que tarde…estaré de vuelta de la nada.

Me lo debo…





2 comentarios :

  1. Que ese sol que espera paciente a que pase la tormenta te acompañe por mucho tiempo, hasta que vuelva a verse cubierto por las nubes. Todos estamos como tú: allí arriba está plagado de soles, de los soles de cada uno de nosotros que, como el tuyo, esperan para brindarnos su luz.

    Un abrazo fuertote, náufrago ;-)

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  2. Es extraño como hay soles que se convierten en la sombra que nos acompaña incluso en las noches de luna nueva...Aunque como diría doña Loulha Tolle ;-) no hay más luces y sombras que aquellas que crean nuestros pensamientos.

    Gracias doña Marmo...sé que tengo la suerte de que además de ese gran sol, tengo muchas estrellas que también me aportan sus destellos para que no pierda mucho el norte... un abrazote enorme, y un par de besotes bien dados.

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