Lebdma (I)

En cada amanecer, el sol se asoma por su ventana para despertarla… Lebdma abre los ojos y cierra el mundo de fantasía sobre el que algunas noches duerme. Al levantarse sigue las costumbres élficas… como la de de mirarse al espejo para reconocerse así mismos, y aprovechar el destello que produce el reflejo de sus cabellos deslumbrantes sobre la luna plateada para despertar a los cuatro duendes que habitan dentro de sus cuerpos; duendes que sus hadas madrinas les conceden para ayudarles a tomar decisiones en su vida. Después de peinarse y contemplarse en el espejo, cumple la primera premisa que Seromet, Zetasnes, Dadelos y Sodeim le recuerdan nada mas despertarlos…y Lebdma antes de abandonar su hogar, ser asegura de dejar su corazón en una preciosa urna de cristal construida expresamente para protegerlo.


Aunque lebdma tiene una costumbre propia, y es que al salir de casa y antes de proseguir con la misión élfica en la vida de cultivar cada uno su propio jardín,acostumbra a pasarse unos minutos por su rincón preferido en el país de los Elfos : El Bosque de la Nostalgia. Un lugar encantado, donde sus árboles han crecido a la sombra de los sueños y deseos que cada elfo tiene en la vida, y en el que flores y plantas nacen por las semillas que caen de los árboles tras cada ilusión cumplida de las que fueron en ellos depositadas. En el centro del bosque hay un inmenso lago de aguas oscuras:El Lago de los Recuerdos. Allí cada elfo que se asoma a sus misteriosas y melancólicas aguas, puede contemplar cada uno de los sueños y deseos incumplidos a lo largo de su vida, a cambio de depositar en él las lágrimas que la tristeza les provoca, evitando así que el lago languidezca. Aún y a pesar de haberse cumplido algunos de sus sueños, Lebdma suele ir a llorar casi cada día.


De regreso a casa para cumplir con el cometido de cultivar su jardín, contempla el de los demás Elfos, reparando en los detalles: como están sembradas las plantas, como florecen, en que orden están sembradas, que colores utilizan, cuales son los más bellos, ect... También se fija en los demás Elfos mientras éstos trabajaban en sus jardines, advirtiendo en las expresiones de sus caras, si en ellas se describe felicidad o no, imaginando que motivos les induce a hacerles sentir de una forma u otra. Sobre todo en aquellos jardines en los que mas tiempo se detiene son aquellos en los que dos adultos comparten jardín ; y en los que, en gran mayoría, habitan niños que juegan y crecen a diario, junto al árbol que les acompaña para sembrar sus sueños y deseos, desde que nacen hasta ser adultos … y es cuando, justo en ese momento que comienzan a ser adultos, el hada madrina les visita para concederles sus cuatro duendes elegidos y llevarse ese árbol para ser plantado en el Bosque de la Nostalgia.


En sus jardines los Elfos cultivan muchas plantas, teniendo cada una un nombre y un significado distinto. Cada uno es libre de cultivar aquellas que  desee, ya que de sus hojas y flores realizan los trajes con los que se cubren y engalanan a diario. Los hay que se esmeran mas en la planta “del dinero” que en la de “la salud” por poner un ejemplo…aunque hay plantas de mil formas, colores y significados. Hay algunas que requieren más esfuerzo que otras en su labranza, otras que además necesitan estar cerca una de las otras… como por ejemplo la de “la esperanza” y “la de alegría”, que incluso precisan estar igualmente protegidas por la de “la autoestima” o la del “amor”.




De regreso al jardín, después de su visita al Bosque de la Nostalgia, el mayor deseo de Lebdma es encontrar a sus hijos jugando en el jardín… y es que éste, tiempo atrás, fue compartido con el de Eridmón, hasta que un día decidieron separarlo por una valla al principio imperceptible, pero que fue creciendo con el paso del tiempo volviéndose cada vez más alta e insensible, y que dividió dos preciosos árboles, dejando en cada parte de los jardines, una mitad de ellos. Los días que eso ocurre, dedica el tiempo justo y necesario a las labores esenciales como elfa, para luego entregarse en cuerpo y alma a sus retoños: Cloriem y Labern. Los días que están al otro lado de la valla es cuando Lebdma se emplea con mas dedicación a cultivar durante el día las plantas y flores de su jardín, aunque con mas pena que gloria, pues no encuentra aliciente alguno a tanto esfuerzo…En un rincón apartado de su jardín, cerca de donde comenzaron a crecer los árboles que pertenecen a Cloriem y Labern, tiene las plantas de “la esperanza” y “el amor” pero hace tiempo que decidió no dedicarles cuidados, ya que esa valla que separó su jardín y el de Eridmón le hizo perder los deseos en su cuidado; pero es que además, esa de la “responsabilidad” les resta mucha fuerza para poder crecer. La flor de ésta última junto con la de “la resignación” son de las mas usadas en sus vestimentas ya desde adolescente, por una extraña imposición no decidida por ella, y que, con el paso de los años, fue creciendo a pesar de su voluntad.




Una mañana de áspero y desapacible otoño, al llegar al Lago de los Recuerdos…

Continuará...


O no, dependiendo del exito en taquilla obtenido....