brotan espinas en los adoquines, y
en las cantinas se agria el vino;
los niños juegan a recortes
en educación, disfrazados
de ministros mezquinos.
En la calle de la enseñanza
siembran sueños,pero afloran lágrimas
escarchadas por el frío olvido.
Las fachadas se tornan incultas,y
las aceras caminos desaprendidos,
mientras sus farolas irradian rabia
-indicio del tiempo perdido-.
Las puertas que accedían a aulas
oficinas de desempleo son su destino,
donde los antiguos profesores
sólo examinan sus curriculums,
deseducando su cometido.
En la calle de la enseñanaza
se respiran leyes salvajes
las papeleras se llenan de futuros,
y los árboles dejaron de ser libros
al podar sus sabias ramas
tijeras de ignorantes ministros;
En la calle de la enseñanza
los niños juegan a recortes, pues…
¡es lo único que han aprendido!
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