“La verdad es un barco anclado que se mece entre la mentira
y lo irreal”.
Ya llegas, Luna… ya llegas. Ya acudes para envolver, con tu
solitaria mentira, la fábula que es este mundo irreal. Duérmelos…envía a la
dimensión del no pensar a todos esos caminantes que durante el día buscan la
verdad sin cesar. Duérmelos, y que descansen… de crear tanta falsedad.
Ya llegas, Luna. Ya llegas para tú también mentirme; pues el vacío de mentiras que ahora ven mis
oscuros ojos, es solo cierto cuando tú estás. Que la luz del día ciega nuestros
sentidos para que no percibamos la errónea realidad. Que todo es mentira en
este mundo… que todo es mentira ¿por qué será?
Ya llegas, Luna, pero permíteme que…permíteme, que a través
de tu mentira pueda seguir descubriendo mi verdad. Que la mentira no siempre es
el fruto de quien nos necesita engañar; que la mentira… también es la raíz del
árbol de nuestra verdad. La nuestra, la propia…esa falseada verdad que
necesitamos para sobrevivir a la realidad propia. La verdad de la obligación de
mentirnos para acallar nuestra vanidad. La mentira que hace crecer nuestro ego
a costa de otras realidades, de otras conciencias, de otras almas.
La propia mentira que exige la verdad ajena para poder controlar nuestro autoengaño, nuestros problemas o miedos, nuestras carencias o nuestras dudas, nuestros temores… nuestros celos…nuestra insuficiencia; convirtiendo, en realidad, todas esas verdades ajenas en parches que eviten el naufragio de nuestro ser; sin que tomemos consciencia de que, ese autoengaño, puede coartar la libertad de expresar la realidad de otro…o peor aún : Su Verdad.
La propia mentira que exige la verdad ajena para poder controlar nuestro autoengaño, nuestros problemas o miedos, nuestras carencias o nuestras dudas, nuestros temores… nuestros celos…nuestra insuficiencia; convirtiendo, en realidad, todas esas verdades ajenas en parches que eviten el naufragio de nuestro ser; sin que tomemos consciencia de que, ese autoengaño, puede coartar la libertad de expresar la realidad de otro…o peor aún : Su Verdad.
¿Por qué duele más la mentira ajena que la propia?
¿Por qué Luna? Cuando,
con franqueza, desenmascarar quienes somos, debería ser la única fuente que
sacie nuestra sed de verdad.
¿Por qué, Luna…por qué no aceptamos que la verdad universal
sólo habita en el confín de nuestra alma? Allí donde nadie más que nosotros
nos puede engañar.
No te marches aún, Luna… que preciso la mentira de tu
verdad. Que todo es mentira en este mundo. Todo es mentira, la verdad.
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