La primera mirada...(I)

Quedé embaucado en el laberinto de tus sensaciones desde la primera mirada… Me descifrabas el camino a seguir hacia el espacio que separa la alegría de tu sonrisa con la tristeza de tu mirada… revelando, que el tesoro de tu belleza es la consecuencia del reflejo de tu alma sobre tu cuerpo… sugiriendo, con tus palabras que en ese edén, me aguardaba la fruta más prohibida en caso de probarla, porque del veneno de las caricias de tu corazón jamás podría huir…declarando, que tus besos son el crepitar de la hoguera de pasiones que alberga tu espíritu… advirtiéndome, que la gloria no la conseguiría por construirte un majestuoso altar en el que venerarte, sino que la adoración llega al contemplarte en tu vuelo libre sobre los sin sentidos: lo complicado no es entenderte… es no quererte.


Trémula es mi seguridad… entre los abrazos de tus deseos…o mientras nado sin rumbo entre la corriente de tus suspiros por vivir... o cuando necesito beber del cáliz de tus labios para olvidar la falta de alegría en ese despertar…o al deambular mis manos sobre el desierto dorado de tu ser en busca del oasis sagrado… o en el yacer de mis dudas sobre el lecho de tu sabiduría…o fascinado por la erosión de tu dulzura sobre mi voluntad… Trémulo es mi respirar seducido por la cercanía de tu aliento.

Cautivaste mis ansias por vivir, y tu ausencia sería la falta de vías para otro tren. Quizás el destino contigo no esté descrito en ningún mapa… quizás, el próximo alba sea un momento demasiado lejano, si esta noche comparto un segundo de nuestros silencios… quizás, la ventana de mi futuro, tenga el paisaje de los recuerdos de nuestro pasado; mas permanecerá siempre abierta para que el murmullo de tus “te quiero” me sigan despertando cada mañana.