"Las líneas que separan la libertad y los derechos son tal delgadas que queda muy poco espacio
digno de ser habitable".
Trabajar en el circo ya no se lleva: ahora los payasos
campan a sus anchas vía satélite, y los enanos se reproducen por esporas cada
vez que abren la boca. Los elefantes - que tienen dos patas y su trompa
acostumbra a ser de alcohol- hacen de cualquier libertad su particular
cacharrería. Los leones han heredado el reino de la moralidad, y son capaces de
morder hasta su propia cola si se empalma sin su permiso. El mago desapareció dentro de su chistera, pues utilizar al conejo
está perseguido por sexista; mientras
tanto los trapecistas permanecen enjaulados... y sedados; al subir a las
alturas les desciende la serotonina. Dicen que los domadores cambiaron el
látigo por panfletos dogmáticos, y el lanzador de cuchillos duda entre cortarse
los webos o dejarse los sueños largos.
Los vendedores de palomitas dejaron de sugestionar con su
sonrisa y ahora son proxenetas emocionales. Los taquilleros visten de Armani y
los números nunca salen; y sus mujeres en vez de alimentar a los animales, se
visten con sus pieles. El Hombre-Bala quema sus últimos cartuchos en la hoguera
de las vanidades, y los equilibristas se quedaron sordos de tanto exigir a los
cuatro vientos su libertad. La mujer barbuda tiene prohibido exhibirse... las
feministas consideraron denigrante utilizarla como canon de belleza . Los
músicos empeñaron sus instrumentos en el monte del Sinaí y se dedican a
hacernos sonar los cohones por orden civil. Incluso el dueño del circo hipotecó la carpa
para saldar sus deudas por exceso de consumo en langostas y putas… peor parada
quedó su mujer: Dermoestética le embargo las tetas y el culo por falta de pago.
Trabajar en el circo ya no se lleva… aunque todos
pertenezcamos a él.
Epitafio del día: Ya te dije que si Nietzsche levantara la
cabeza... resucitaría a Dios -el mundo sin pastor anda descarriado- para acabar cantando: No son of mine.
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