lunes, 26 de julio de 2010

El arbol




Sentía el dolor que le provocaba la conciencia por culpa de su inconsciencia.y es que no debe haber peor día, que aquel en el que anochece a media tarde, cuando tras asomarte a la ventana de tu vida, ésta se olvida del horizonte, para mostrar un mundo de sombras cargado de recuerdos y pesimismo.





Jodido debió ser, cuando en el mismo juicio, le fueron asigandos los papeles de  juez, fiscal, jurado y acusado. Proceso donde las pruebas acusatorias no son más que los propios Prejuicios y Miedos que juzgaban a un alma llena de Desilusión. Además, la Esperanza rehusó ser su abogado defensor... la Soledad y Tristeza que eso le provocó, omitió a conciencia a cualquier Ser que pudiese remediarle un inminente final, para lo que en su día fue un ilusionante destino. En el sumario, cualquier experiencia vivida fue considerada ante un impopular jurado como un agravante fracaso; y la Conciencia, emperifollada en su papel de fiscal, suscitaba razones para convertir su sano-juicio…en un juicio- insano, consiguiendo además la declaración insolente de una Sensatez tan falta de valores propios como cargada de antiguos errores tal vez justificados… tal vez condicionados, tal vez… no errados.

El acusado, recreándose en su impuesta desdicha, se consolaba imaginándose crucificado e inmortalizado (aunque fuese por sus infieles) como: El Gran Dios del Templo de los que pudieron haber sido….y no fueron. Ja!! soñador incauto… pasaba las últimas horas de su ya periclitada vida, filosofando y divagando:
-- “Valiente corazón maldito aquel que sufre por el peor de los desamores conocidos: El Desamor Propio”.

Así, engalanado en un manto de dudas y espinas, aguardaba resignado sentencia, y la más resolutiva de las condenas. Aquella que pudiese redimirle del peor de sus pecados: el de despertar ese mañana abrazado a la tristeza. Una condicionada Coherencia fue la encargada de hacerle saber cual seria su último destino. Sin otro derecho que aquel de pronunciar sus últimas palabras, estas las describió con lágrimas…. y más lágrimas…lágrimas que en la penumbra del más oscuro de sus días, no consiguieron más que humedecer la tierra que la Pena removía al cavar su ahora deseada tumba.

Conocido final para tantos que piensan que lo perdido siempre será mayor que lo nuevo por sentir. Pero aun sintiéndose avergonzado por sus “fechorías”, su insensata sensatez pronunció su epitafio:

“Maldito árbol es aquel que buscando su crecimiento, confunde en la poda, unas podridas ramas con las mas profundas de sus raíces”.

Más miserable llegó a sentirse, cuando ya subido en el patíbulo, encontró otras que el tiempo no las segó; aferrandole al mundo que ya abandonaba.

4 comentarios :

  1. A veces sentir la compañía de la tristeza termina por sacarnos del ensimismamiento y de la pesadumbre profunda que sentimos. Quizás no sea tan mala como aliada, siempre que sea por un tiempo no muy prolongado.
    Achuchones también desde aquí, guapetón!!!!!

    ;-)

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  2. Cuanto mas corto ese tiempo mejor.

    Ese " como quieras llamarlo" es de hace un tiempo... No ando muy abrazado a la tristeza ultimamente... hay momentos de equilibrio,donde no existen grandes alegrias, ni penas que abatan...

    Un axuxon enorme... wapetona

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  3. Me ha gustado especialmente.

    Hay que ver que descripción de las emociones has hecho para además juez, fiscal, jurado y acusado...y es que no hay nadie como uno mismo, si se analiza en conciencia para juzgar la inconciencia de sus actos. O el propio desamor por no haber sabido, o podido, amarse a si mismo...olvidándose de vivir.
    Al final, al reo la justicia le ha dado la razón...Porque en definitiva quien mejor lo pudo juzgar fue su propia conciencia...que es la más sabia de las leyes.

    Un abrazo.

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  4. pasado de injusticias inclinadas en el mas recontico regozijo de inocentes encarcelados emanando lagrimas aterciopeladas entre sombras entretenidas escribiendo cual esa pared blanca ennegrecida pudiere verse la clara palabra del acusado inocente entre la tiza polvorienta plasmada en la pared,,
    moviose silencios inesperados atolondrando la mente inocente culminada de repentina despedida en el mas doloroso sufrimiento del amor!
    donde estas? ese calvario de sensaciones por haberte perdido sin saber por que, desafortunado laberinto que vagas oscurenciendo destino de amantes enamorados
    siligioso atardecer en tarde roja dibujando la silueta adormecida entre barrotes aferrados a cual ese hierro ardiente grabe tu nombre en mi piel,,
    y alli te seguire esperando encontrando cual ese lugar enamorado te vi por ultima vez sintiendo tus besos, ese sentimiento puro que me delato la piel en el mas letargo silencio de corderos enfurecidos esperandote!! donde estas? que sin ti mi vida no tiene sentido..

    Enhorabuena!! un relato que transmite esa tristeza que llevas dentro
    muy bueno!!
    un saludo

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