“Si voy habitar en tus recuerdos, que no sea en la
habitación del rencor”. Este es el epitafio que hoy me dedica el día.
Me gusta esto de poner epitafios a los días.
Las horas sucumben lentamente, incapaces de detener el
tiempo; mientras el día agota sus últimos latidos, consciente de que no
resucitará. Permaneciendo como un libro sin título en la biblioteca de nuestros
recuerdos. Ubicado en la memoria como el segundo de nuestros besos, o el
penúltimo de los desencuentros, sin palabra y sin nombre que lo identifique. Encriptado
en el jardín del nunca jamás, por más que sea lluvia para lo próximo que ha de
germinar.
Este día languidece sin que nadie se presente a su defunción.
La luna lo crea y lo ejecuta, mientras muchos duermen ignorando el parricidio,
esperando y soñando con lo que depara el nuevo día. Así es la vida…de nada
sirve el ayer, si mañana no recibo nada.
Buenas noches… y feliz entierro de día.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Un comentario tuyo, es mi gran recompensa. Gracias...